El pasto del Bajo Flores

Un 24 de enero, pero de 2002, cerca de las 12 de la noche ya, tuve el peor dolor de cabeza que recuerde: San Lorenzo y Flamengo empezaban a patear los penales para definir quién se quedaba con la Copa Mercosur 2001 (la final se iba a jugar el 19 de diciembre, pero justo comenzó a estallar el país).
Fueron los minutos más largos que recuerde como fana del Ciclón, después de un partido muy jodido que terminó 1 a 1 con gol de Estévez. Pero, a su vez, fue el desahogo más espectacular desde 1995, era la primera copa, ganada por un equipazo que venía de hacer historia en el torneo local, ganando 13 partidos consecutivos.
Salud, campeones de la Mercosur 2001, comandados por un Michelini impasable y un Saja enorme, inmerecedor de lo que está viviendo ahora.
La formación sale de memoria: Saja, Serrizuela, Ameli, Capria, Paredes, Franco (después Pusineri), Michelini, Erviti, Romagnoli, Estévez y el Beto Acosta. Además entró Leo, pero sólo unos segundos y no pateó penales. Y, por supuesto, el gran Manuel Pellegrini en el banco.
Por supuesto, aún conservo el pasto de la cancha que corté ese día, cuando nos metimos con Nicolás. Y el frasco está bien a la vista, como para no olvirme jamás.

Gol camboyano

En una entrada anterior conté que mi máximo ídolo de la infancia fue el Ruso Siviski. Pero mi primer jugador admirado, sin embargo, fue Walter Perazzo. Hoy, sin dudas, valdría un montón de guita. En la cancha no tuve la suerte de verlo hacer grandes goles, como los dos a Instituto casi idénticos, pasando cordobeses a pura potencia y habilidad; o el de mitad de cancha a Argentinos. Pero, por el contrario, cuando se escuchaba “Gol de San Lorenzo” en la radio –inevitable música de fondo de los domingos-, era más que probable que lo hubiese hecho él.
Era un fenómeno, Perazzo, y uno de los ídolos cuervos de los ’80, de los primeros para mi generación. Se fue en forma turbia del club, lo acusaron de no sé qué cosa, una injusticia, y ahí nomás pasó a Boca. Ojo, jamás nadie lo insultó por eso. Una vez, siendo chicos (tendríamos 10 u 11 años), mi primo Pablo me dijo que su abuelo lo había llevado hasta la casa de “El Walter” para que lo conociera. Inclusive, que tenía un arco pintado en la pared del jardín. Supongo que será cierto, aunque yo no haya visto un autógrafo, una foto que retratara el momento. Pero seguro que es verdad, con esas cosas no se jode.

El loco del alambrado

Cuando éramos chicos, con mi primo tuvimos una época en la que nos gustaba ver los partidos pegados al alambrado, cosa que ahora no me convence en lo más mínimo, pero reconozco que los goles y las llegadas de peligro se viven con intensidad ahí abajo.
En fin, el recuerdo que tengo en el alambre es el de un partido con Lanús en cancha de Ferro, a principios de los ’90. Hacía un frío glacial, y al lado nuestro se puso un flaco, alto, de no más de 28 o 30 años. Se puso a hablar con otro y, juro, pocas veces escuché tantas incoherencias. Empezó hablando del partido y terminó, no sé cómo, tocando el tema Malvinas, diciendo además que era de la barrabrava, mientras castañeteaba los dientes del frío que tenía. Cuando aparecieron los Simpson me di cuenta que era igual a Cleto, ese campesino medio bobo desdentado.
Como solíamos hacer en situaciones así, nos empezamos a reír en la cara del flaco, nunca fuimos muy discretos. Para el segundo tiempo, se esfumó sin dejar rastros, pero de esas palabras y de ese chillar de dientes no me olvido. Ah: ganamos 1 a 0, gol de Czornomaz.

De clásico ya no tiene nada

Escrito por un Cuervo en la página de Mundo Azulgrana: me parece inmejorable, explica perfectamente por qué deberíamos dejar de tomar a esos roñosos como un clásico. La verdad que respetaba el partido, pero después de ver cómo festejaron el empate me terminé de convencer de que hay que ignorarlos de por vida.

1 - Porque te tenemos de Hijo (30 partidos en un ¿Clásico?).
2 - Porque tenemos 10 veces más tornos locales que vos.
3 - Porque tenemos dos títulos internacionales.
4 - Porque todos los Clubes grandes te tienen todos de hijo.
5 - Porque nadie te trata como un Grande.
6 - Poruqe no sabes lo que es llenar una cancha.
7 - Porque perdiste finales contra SanMartín de San Juan y Gimansia de Jujuy.
8 - Porque decis que sos grande por historia ¿Que historia?
9 - Porque tenes mas desecensos que campeonatos
10 - Porque me tildas de "Amargo" y en el peor momento de mi Club la gente acompañó como nunca vendiendo mas de 1.000.000 de entradas en la "B"
11 - Porque en toda la historia nunca terminaste arriba nuestro en un campeonato ni en venta de entradas, ni en recaudaciones.
12 - Porque nunca terminaste entre los tres primeros en venta de entradas y recaudaciones
13 - Porque nunca tuvieron las dos bandejas en la Boca, ni en Rosario, y en una final en el ´94 te dividieron la tribuna
14 - Porque hace 30 años que estas en terapia intensiva y realmente, el "mal" momento ya es una enfermedad crónica para tu club, osea, ¿Cuanto vas a tardar en descender nuevamente?
15 - Porque quedasye muuuuy lejos de clubes como Estudiantes, Central, Newell´s, Velez, y en breve discutirás con Lanús.
16 - Porque, cada vez me da la sensación de que son un club del ascenso, basando sus cantitos, en las banderas, los bombos, el aguante y las corridas..
17 - Porque nosotros somos grandes, vos no...
18 - Simplemente porque no existis....
19- Porque nunca en un partido contra San Lorenzo llevaste la gente que llevamos nosotros ayer. Es más en tus finales por ascender, nunca llevaste la gente que llevó ayer el Ciclón...

Nos volvemos a ver...

Acá estoy de vuelta, más de año después en el que pasó de todo, desde goleadas humillantes hasta una vuelta olímpica. Si no arranqué en el torneo pasado fue simplemente para no ser tildado –con justicia- de “veleta”, luego de haber pedido el fusilamiento de todos después de la fatídica tarde contra los bosteros.
Pero ahora me movilizan otros sentimientos. Sobre todo el odio. Es que a Huracán lo odio, qué quieren que diga. Es un odio deportivo, pero odio al fin. Son muchos los recuerdos de clásicos que se me vienen a la mente. Eligiendo algunos, me quedo con el 5-1 del ’97, con ese golazo del Loco Abreu enganchando dos veces y picándola sobre el arquero; y con el 1-0 del ’93, con gol sobre la hora de un desconocido, Maidana (creo que se llamaba Marcelo), que tuvo sus 15 minutos de fama y desapareció con la misma fugacidad.
Ese día estábamos en la tribuna de Vélez, repleta, a la altura del banderín del corner que está pegado a la platea sur. El gol no fue un grito, fue un alarido, mejor dicho muchos alaridos seguidos. Estoy seguro que lo grité por lo menos igual que al del Gallego en el ’95. Si alguien sabe dónde está Maidana, si juega un torneo de veteranos, si atiende un maxikiosco o un puesto de diarios, que le mande saludos de mi parte.

Arrastrado y miserable

Dice que es de San Lorenzo... Proclama su amor por la azulgrana a los cuatro vientos. Nunca fue santo de mi devoción, pero me hartó con lo que hizo el lunes en el programa para idiotas ese que tiene. Sólo vi unos 20 segundos, y -como siempre- estaba Macri, un habitué, y el plantel de Boca a pleno. Él se burlaba de "Malingas" con la sorna del mejor de los bosteros.
Marcelito, no me jodas. Alguien que usa así la derrota del supuesto equipo de sus amores es un miserable. Te bajaste los pantalones por un puntito más de rating. Parecías contento y todo. Al fin y al cabo, no ibas a ser ni más ni menos millonario por no dedicar el programa a la humillación del domingo.
Después decís que Ruggeri es hincha del dinero. ¿Y vos? ¿Sos de San Lorenzo y te gusta tanto que te forreen en cámara? Te gustará que te forreen, entonces, allá vos.
Para hinchas así, prostituidos por unos pesos más, andate a Patricios. O a la Boca, así estás más cerca de tu amigo Mauricio, para quien hacés operaciones políticas en tu programa. Chau, gusano.

Hinchas grandes

Escribió en Olé el periodista Marcelo Sottile, en el editorial del día:
"La decisión de Favale de no dar ni un minuto adicional fue una forma de premiar —aunque suene increíble desde la propia coyuntura— a la hinchada de San Lorenzo. Cantó cuando el equipo de Ruggeri contagiaba lágrimas, se quedó en el lugar del crimen —se fueron los menos— y se despidió dejando las butacas sentadas en el Nuevo Gasómetro (...) ¿Cuántos tajos hubiera hecho la susceptible hinchada de River si le contaban hasta siete? (...) Obvio que la gente se sintió humillada en su casa, que buscará borrar sus rastros de la cancha, pero San Lorenzo tuvo hinchada de grande."
Coincido, y a los giles que me gastan les recuerdo abandonos varios:
-Suspensión de Banfiel 5-River 0 porque las gallinas no se lo bancaron. Faltaban 30 minutos...
-La hinchada de Racing logra suspender un partido con el Rojo porque perdía de local 0-2. Sí, 0-2.
-Los bosteros se retiran del Nuevo Gasómetro en el entretiempo (sólo quedó un 10% de la gente), porque van perdiendo 0-3. Lo mismo hacen contra Ferro (1-4), en el campeonato de la recordada bandera negra.
-Independiente ¡corta la luz! de su cancha porque pierde 0-2 con Racing.
-Los hinchas de Huracán (¿qué era eso?) suspende un 0-4 con San Lorenzo a 20 minutos del final.
Ser grande no es cuestión de cantidad. Tenemos grandeza, que no es lo mismo.
Aprendan, giles.

Desastre con todas las letras

Hoy, una de las tantas personas que me habló del partido me preguntó si tenía vergüenza... ¿Yo, vergüenza de qué? Me avergüenzo de lo que hago yo, no de lo que hacen los demás. Los que deben (tienen) estar avergonzados son los jugadores y el cuerpo técnico, después de hacernos comer LA PEOR goleada de nuestra historia (ya que el 1-9 con Independiente se logró en un partido atípico, con goles en contra a propósito y demás), y encima contra el rival más odiado, contra los hijos, contra esos roñosos.
La gente no lo va a olvidar nunca: Uds., los que salieron ayer a la cancha, no lo van a poder remendar con nada. Así que, como campeones está visto que no van a salir porque no les da el cuero, por lo menos dejen todo por la camiseta. No es una goleada. Goleada es 4 a 0, 5 a 1. Esto es un papelón, un asco, una catástrofe futbolística, un desastre y todo lo que se quiera decir.
Los hinchas no lo vamos a perdonar. No nos humilló Boca, nos humillaron ustedes. Y eso es infinitamente peor.