Un abrazo bien cuervo

Los que me conocen saben que no soy de abrazar mucho, ni el tipo más demostrativo del mundo. No sé si les pasará a los demás, pero por lo menos en mi caso me abrazo con mi viejo en ocasiones especiales. Algunas muy buenas y otras realmente tristes.
Pero, sin embargo, es casi cantado que ante algún gol importante de San Lorenzo llega el abrazo fuerte y genuino. Cosas de un hincha de fútbol, ni más ni menos. Ahí sí que uno es demostrativo y le rompe las costillas de un buen abrazo. En el día de su cumpleaños, quiero hacerle acordar a la persona más responsable de mi “cuervez” algunos abrazos inolvidables, obviamente fueron muchísimos más:
-Gol del Gallego en Rosario y título después de 21 años. Literalmente, me le tiré encima.
-Gol de Silas a Boca, de emboquillada a Abbondanzieri en un 4 a 0 con baile. Estábamos en la popular, yo un escalón más arriba, como siempre me gusta ponerme, para poder hacerle comentarios sin sacar la vista de la cancha.
-El gol a Vélez de Walter García sobre la hora fue el último gran abrazo, quedándonos afónicos en la cancha como en los viejos tiempos.
-Un no-abrazo: golazo de Silas a Boca, en su debut. Estábamos viendo el partido en la platea de los bosteros. No sé cómo estamos vivos, porque él se paró solito a festejar.
Además, no puedo dejar de confesar que uno de los goles que más grité en mi vida fue uno de un tal Lafourcade, a Brandsen, de penal. Era una final y fue a los 45 del segundo. Gol y vuelta olímpica.
¡Feliz cumpleaños!

1 Comments:
es cierto, pablo. La historia del gol del gallego es así. Simplemente la resumí y me quedé con la parte que incluye al cumpleañero.
pd: voy a buscar la foto que nos sacamos todos ese día.
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